Solté una chistosa carcajada. Levanté mi mano y pasé uno de
mis dedos por su frente, alisando la leve arruga que se formó allí ante su
enojo.
—¿Qué otro instrumento tocas? —preguntó regodeándose en su
autocompasión.
—La guitarra, batería, trompeta y el piano —dije como si
fuera nada.
—Pero si la guitarra y la batería la tocabas... mal
—No... Solo fue porque te quería sorprender en clases—me reí
de aquel comentario—
—¿Cómo aprendiste a tocar todos esos instrumentos?—preguntó
contrariada.
—Te lo dije —aseguré —A mi madre le gustaba la música y el
baile.
—Tu mamá crío a lo que debería ser el prototipo de hombre
perfecto —balbuceó sorprendida y me miró de arriba abajo —No esto.
Sonreí divertido. Se formo un extraño silencio entre
nosotros. La mire fijo, esperando a que dijera algo. No dijo nada. Miraba
nerviosa hacia abajo. Comencé a mirarla más detenidamente. La verdad es que
esta chica está… más que buena. Otra vez, sin discreción, miré sus piernas. Esa
falda tableada le quedaba tan bien. Tiene unas lindas piernas. Y por lo que vi
fuera del vestidor, un lindo trasero.
—¿Puedes dejar de mirar mis piernas? —me preguntó haciendo
que volviera a concentrarme.
—Lo siento, pero no pude evitarlo. Tienes lindas piernas —le
dije sincero. Revoleó los ojos.
—Para ti todo lo que camina tiene lindas piernas—me atacó.
—¿Ya empiezas con los ataques? —le pregunte divertido.
El profesor entró de nuevo a la sala y detrás de él, los
alumnos. La clase ya comenzaba. Todos practicaban con sus diferentes
instrumentos. Miré a Lali, ella comenzó a buscar algo dentro de su bolso. Sacó
un celular, miró la pantalla, para luego mirar al profesor y salir de allí sin
que él la viera. ¿Qué la pasará? Algo extrañado decidí seguirla. Me quedé
oculto detrás de la puerta.
—Ya te lo dije. Aun no es momento —dijo nerviosa mientras
hablaba por teléfono —Claro que se lo que estoy haciendo ¿Por qué crees que lo
hago? ¡No seas imbécil! ¿Quieres hacerme el favor? —traté de reprimir una risa.
Ella estaba bastante alterada —Lo sé, lo siento, no quise gritarte. Tú me pones
así —le dijo y sonrió levemente —Yo también te quiero, tonto. Adiós.
No sé por qué demonios no me fui de ahí, pero cuando
reaccioné ya era demasiado tarde. Ella saltó un poco, por el susto, al casi
chocar de frente contra mí.
—¿Qué haces aquí? —me preguntó.
—Iba al baño —contesté rápidamente. Me miró con
desconfianza.
—Me canse de esta clase. Me voy —dijo.
La mire extrañado. ¿Acaso era un chica rebelde a la que le
gustaba romper las reglas y yo no me había dado cuenta? Entró al aula. Sin que
el profesor la viera tomó sus cosas y volvió a salir de allí. Tome mis cosa y
salí detrás de ella.
—¡Espera! —le dije y la alcancé —¿A dónde vas?
—Odios estos talleres, y odio está estúpida Universidad
formativa —dijo con odio. La mire sin poder creerlo. Era la primera vez que
escuchaba lo mismo que yo pensaba de todo esto —Explícame, ¿Qué necesidad tienen
de hacerme perder el tiempo en tocar una flauta? ¿Para que quiero aprender a
tocar una flauta? —preguntó exasperada. Volví a encontrarle doble sentido a sus
palabras. Me miró fijo —Eres un mal pensado —aseguró.
—Tus comentarios dan que pensar —le dije divertido.
—¿Qué tienes ahora? —me preguntó.
—Filosofía —dije y la miré —¿Tú?
—Historia Universal.
Miré como Nicolás Gastón se acercaban a nosotros.
—Que linda se ha vuelto la tarde, al ver su sol tan cerca
—dijo el Pelado mirando a Lali. Ella rió por lo bajo. ¿Cuánto les apuesto que
si yo le hubiese dicho eso, me hubiese mirado mal?
—¿Qué hacían? —preguntó Gastón.
—Escapábamos de música —les dije.
—Lanzani ya te está llevando por malos pasos, Lali—le dijo
Nico.
—No, Nico. Él apenas puede consigo mismo. Es demasiado
Narcisista —respondió. Ambos rieron divertidos y me miraron —Pero eso es lo de
menos. Debo irme muchachos. De verdad me encantó conocerlos —les dijo a mis
amigos y palmeó el hombro de Gastón —Aunque no tanto a ti, Lanzani.
—¿Por qué? —le pregunte mirándola.
—Porque presiento que serás un gran fastidio en mi vida —me
aseguró.
Comenzó a caminar por el pasillo. Los tres nos quedamos
callados, mirando cómo se alejaba. Tenía un gran vaivén a la hora de caminar.
—¿A dónde va? —me preguntó Gastón.
—A Historia Universal —le dije por lo bajo. Ambos me miraron
esperando escuchar algo de lo que querían escuchar. Tal vez estén pensando que
le propuse sexo o algo por el estilo
—No le propuse sexo —dije y volví a caminar. Ambos
comenzaron a caminar detrás de mí.
—Qué raro. Conociéndote, diríamos que eso es extraño —me
dijo Nicolás.
—Muy extraño —afirmó Gastón.
—¿Que sucede? —preguntó Nicolás mientras íbamos al
estacionamiento.
Habíamos tenido un día largo, por lo menos yo.
Después del taller de música no había vuelto a tener
oportunidad de hablar con la nueva, así que lo dejé pasar y me reuní con los
chicos.
En el camino quedé con la chica de esta semana. Al parecer
la nueva será la de la siguiente semana, para mi suerte todavía hay chicas que
no le temen a María y sus amenazas.
—Nada —afirmé desconcertado por su pregunta — ¿Por qué lo
dices?
—Tienes cara de estar concentrado y molesto por algo
—aseguró Gastón mientras dejaba salir el humo del cigarro.
Solté una sonora carcajada.
—Es solo que María me revienta —mentí. El recuerdo de mi
madre me había estado persiguiendo desde la clase de baile con Lali—No sé cómo
pude ser capaz de relacionarme con ella —dije.
En ese momento Del Cerro, si María, pasó por el
estacionamiento, se volteó y a pesar de todo me saludó agitando su mano
derecha. Y en ese preciso instante una brisa sopló levantándole la falda.
—Está bien, tengo una breve noción del porque—terminé
aceptando al ver sus piernas.
Mugroso boludo mujeriego Jajaja con quien hablara Lali?? Duda!!. Me encanta la novela POSTA!
ResponderEliminarme encanta tu nove!!!
ResponderEliminarquiero otro cap!
me encanta tu nove porfa promociona mi blog que yo lo haré con el tuyo:
ResponderEliminarcanoveslaliter.blogspot.com
hechooo!! por cierto me gusta tu nove ;)
EliminarMe encantaaaaaaaaaaaaaaa, recién encontré tu nove y me parece maravillosa sube mas por favor ........
ResponderEliminarSoy Patty