En ese momento Del Cerro, si María, pasó por el
estacionamiento, se volteó y a pesar de todo me saludó agitando su mano
derecha. Y en ese preciso instante una brisa sopló levantándole la falda.
—Está bien, tengo una breve noción del porque—terminé
aceptando al ver sus piernas.
—Me das asco, amigo —dijo Nicolás —Tú no discriminas a
ninguna —me acusó y yo absorbí un poco de mi cigarro.
—Es la envidia la que te hace hablar —le afirmé.
—No —intervino Gastón —Esta vez tengo que estar de acuerdo
con Nicolás, no conoces de límites Peter. Uno de estos días alguien te dará una
lección —dijo como abuelito.
Yo solo revoleé los ojos y lo dejé pasar.
—Pero mientras tanto, soy feliz con mis conquistas—repuse
con una sonrisa de autosuficiencia.
—¿En verdad lo eres? —preguntó Nicolás con cara de
preocupación y alzando una ceja.
—Por supuesto —afirmé —¿Acaso tú no lo eres? —le devolví la
pregunta.
Él solo se encogió de hombros.
—Ciertamente, me gustaría estabilizarme un poco—confesó y yo
no pude más que quedarme callado.
—Es cierto —le siguió Gastón —Esto ya empieza a aburrirme
—confesó encogiéndose de hombros. Trague saliva
—¿Bromean cierto? —dije con temor a perder a mis amigos, y
ellos solamente soltaron una sonrisita maquiavélica —¡Son unos idiotas! —les
dije.
—¡Debiste haber visto tu cara! —exclamó Nicolás en medio de
una sonora carcajada.
Pero mi mirada se distrajo al ver a mi nueva compañera
cruzando el estacionamiento.
La miré bien, ella se subió a un auto plateado del cual no
pude ver el conductor. Pero no tardé en reconocer el vehículo.
Tan seguro como que el cielo es azul estoy seguro que ese
auto es de Pablo. El tipo que cursa la carrera de arquitectura.
—Mejor aun, deberías ver tu cara de ahora —demandó Gastón
—Te has puesto morado deberías, respirar con más naturalidad. Te recomiendo el
yoga —solo gruñí.
—¿No te gusta que se te adelanten, no? —dijo Nicolás mirando
el auto que yo miraba.
—No —gruñí una vez mas sintiéndome descubierto por mis
amigos. Luego absorbí un poco más del cigarrillo y lo arrojé. Me monté en la
moto —Pero igual tengo a muchas otras esperando.
—¡Así se habla! —exclamó Nicolás contento.
—Me agradas cuando eres así de optimista —declaró Gastón.
Ellos también subieron a sus vehículos y salimos del
estacionamiento.
Esta noche decidimos salir al bar de siempre. Aunque Gastón
se puso renuente al principio por el hecho de que mañana teníamos clases.
Eran cerca de las 11:36 p. m. yo aun quería tomarme unos
tragos más y seguir jugando al pool con Nicolás, pero la sensatez de Gas estaba
por mandarnos a casa en cualquier momento.
El ambiente cargado del lugar, el rap y hip hop fuerte sonando
por alguna de las bocinas que servían de aspecto decadente, y los hombres
rudos, que se habían hecho así a base de golpes y desilusiones de la vida. El
lugar lleno de humo de cigarrillo y la mesera suficientemente guapa pero
demasiado inteligente como para tomar en serio a alguno de los patanes que
frecuentamos este bar…
¡Argh esté definitivamente era mi hogar!
Estábamos en medio de un partido de pool los chicos y yo
cuando de la nada aparece Martínez seguido por el chico… Mmm Sierra creo que se
apellida.
Universidad pequeña, infierno grande.
Parecía como si hubiesen sido sacados de una lavadora,
demasiado acicalados como para encajar en un lugar como este y sin embargo
trataban de actuar con naturalidad en un ambiente completamente ajeno a ellos…
eran más falsos que una obra escolar de niños de preescolar.
—¿Una competencia? —preguntó Martínez.
¿Cómo lo conozco? Ya lo dije, Universidad pequeña…infierno
grande. Le sonreí.
—Por supuesto, solo di cuanto deseas perder —dije.
—Mil dólares —soltó rápidamente.
—¿Seguro que sabes jugar al pool? —le pregunté con sarcasmo.
—Deja de jugar y elige un compañero —pidió.
—Jugaré con Nicolás—dije y mi amigo dio un paso al frente.
—Agus —dijo él y su amigo salió de entre la gente con un
trago entre las manos.
Al parecer estaba sorprendido de verse envuelto en esta
pequeña partida pero al mismo tiempo satisfecho… emocionado por la competencia.
—Al parecer hace mucho que no jugabas —se burló Martínez.
Ellos estaban jugando mejor de lo que pensé. Al final solo
me quedó llegar a dos conclusiones:
¿O ellos son demasiado buenos o nosotros estamos distraídos
esta noche?
Me quedó con lo segundo.
—¿Quieres hacer algo de vandalismo con sus autos, esta
noche? —me preguntó Gastón en un susurro sin que nadie excepto Nicolás se
percatara. Sonreí por lo bajo.
—Ganaré esta partida —dije autosuficiente a Gastón.
Me tocaba a mí, era el último tiro, el decisivo para ganar.
Un ángulo difícil, necesito darle 4 veces a la mesa para que la bola blanca
vaya en la dirección correcta para meter la última en el hoyo. Difícil… pero no
imposible.
Golpeé la bola y por ese mínimo de tiempo en el que la bola
recorría la mesa, recé por que la hubiese golpeado con el taco, con la
suficiente fuerza como para que hiciera todo el recorrido.
Golpe uno… [Conté mentalmente mientras que todos observaban
absortos la bola y su recorrido casi maratónico]
Golpe dos… [Por favor no te detengas]
Golpe tres….
Golpe cuatro, golpeó la bola y esta entró. Ganamos.
Si bien no me puse a brincar, si los irrité con mi actitud
autosuficiente
—¿Decían? —pregunté con sorna y Nicolás estiró la mano para
recibir el dinero.
Agustín Sierra los coloco con ira en su mano. Nico se iba a
dejar ir contra él, pero lo tranquílese poniendo mi mano en su hombro mientras
Martinez y yo nos mirábamos casi retándonos con la mirada.
—¿Qué haces en este bar Martinez? —lo cuestioné.
Tenía toda la noche reteniendo esa pregunta en mi mente.
—¿Acaso no puedo salir a divertirme? —dijo.
Sonreí levemente, en verdad era extraño.
—¿A un bar? —dije mientras levantaba una ceja.
Un tipo, unos metros atrás, buscaba peleas con algún incauto
que había hecho algo que lo molestase.
De seguro era Hook, un chico un poco más mayor que nosotros.
Tan grande como un muro y tan duro como el asfalto, 23 años
de vandalismo, más bien de destrucción masiva. Luego se escuchó como se quebró
una botella…
Hook se la había quebrado en la cabeza al otro muchacho.
Mejor demostración de que este no era lugar para ellos no podría haber
conseguido.
—Tú estas aquí ¿no? —dijo un poco intimidado.
—¡Hey, Hook! —le hablé y este me escuchó al otro lado del
lugar.
Soltó al chico, el cual sangraba a chorros y alguien más lo
auxilió, mientras Hook caminaba intimidante hacia nosotros.
Se paró a un lado de mí y volteó a ver despectivamente a
Martínez. Saludó a Gastón y a
Nicolás amigablemente como siempre era con
nosotros.
—¿En que te puedo ayudar, Peter? —dijo con servicial
vehemencia y mirando con toda su ira hacia Pablo y su amigo Agustin.
—En realidad, quería pedirte que llevaras a tu… ‘amigo’
fuera para arreglar sus asuntos. Ya sabes, estas poniendo a ‘los nuevos’ un
poco nerviosos —miró con los ojos entrecerrados y casi arrojando llamas por
ellos a esos dos.
Ellos solamente se quedaron quietos, inmóviles como
estatuas.
Como si tuvieran enfrente a un toro salvaje y ellos solo
tuvieran la manta roja y no la espada en la mano.
—Nosotros ya nos vamos —dijo Pablo mirándome a mí —Solo
quería verte en tu… ambiente
—dijo y se volteó. Caminó hacia la puerta.
—Hook —solamente dije y este se paró frente a ellos
impidiéndole el paso.
Pablo se giro a verme — ¿A qué has venido exactamente? —le
pregunté.
—Te lo dije, a verte.
— ¿Acaso te gusto? —dije lascivo y con sorna.
Todos a nuestro alrededor rieron haciendo que Pablo se
pusiera un poco rojo.
—Te vi caminando con Lali… solo quería conocerte un poco
más.
— ¿Y tú que eres de ella? —pregunté más interesado de lo que
en verdad debería estar.
—Un… muy cercano amigo —dijo y me sonrió. Lo mire fijo,
desafiante.
—Bueno, un muy cercano amigo, mejor te vas antes que decida
que necesitas dormir en un hospital para que aprendas a no meterte en mis
asuntos —lo amenacé.
—No me malinterpretes —respondió —Tú no me interesas en lo
mas mínimo, es Lali por quien estoy aquí.
— ¿Acaso ella te mandó? —le dije. Soltó una leve risa.
—No, ella está muy ocupada como pensar en ti…
— ¿Eso crees? —le pregunté burlón.
Su mirada cambio notablemente.
— ¿A qué te refieres? —me dijo.
—Nada, nada —dije haciéndome el interesante — ¿Y qué es lo
que piensas después de esta noche? —pregunté burlón.
—No eres su tipo —respondió secamente y se fue.
— ¿Lo seguimos? —preguntó Hook.
—A sus motos —respondí.
—Un delito más y el juez revoca la sentencia Peter—dijo
Gastón como la voz de mi
conciencia.
—Lo sé… pero no haremos nada. Un susto nunca le ha hecho mal
a nadie —dije inocente.
—Mejor te quedas, vamos te invito yo —insistió y Nico pidió
las cervezas
—Gastón tiene razón Peter, si deseas pelear sabes que
tendrás que hacer que él de el primer golpe.
Gastón lo miró con los ojos envenenados.
—Me uno a la masacre solo si prometes que te cuidaras la
espalda y no harás Idioteces surgidas solo por el impulso —acotó Gas.
Rechine los dientes.
— ¿Qué pasa Peter? —Preguntó Hook —¿Ahora le temes a la
policía?
—No bromees Hook —le dije fastidiado y él se volvió a sus
asuntos — ¿Y ahora? ¿Qué demonios haremos? —dije enfadado y aun enojado por la
inoportuna visita de aquel tipo después de algunas cervezas.
—Relájate hermano… solo es un imbécil.
Nicolás palmeó mi hombro mientras tomaba un poco más de cerveza.
Tomé mi vaso y también tomé.
— ¿De dónde conocerá a Lali? —la pregunta salió sola de mi
garganta.
—Quizás sean amigos de la infancia —habló Gas.
—Lo que sea, ese tipo es un idiota —dije.
—Si, y su amiguito Sierra también —agregó Nico.
—Aun estamos a tiempo de ir tras ellos —me dijo Hook,
tentándome más de lo que realmente debía.
Tenía demasiadas ganas de ir tras ellos y enseñarles lo que
es bueno.
—Ya Hook, deja de tentarlo —le pidió Nico.
—Eres un aburrido —le dijo al afro.
—Es temprano aun… solo será un poco de diversión—insistí.
Mi amigo Dalmau, negó con la cabeza.
—Es lunes, hay que volver.
Holaaaaaa! Encerio me gusta Mucho la Nove!!
ResponderEliminarQuiero mas!!!
Que seran Lali y Pablo????
Sube cuando puedas!!
Paola Romero
Yaa se que seran Lali y Pablo??? Me encanta
ResponderEliminaresta muy buena la novela.. segui subiendo! Soy una nueva lectora :)
ResponderEliminarAhhhh estoy intrigada, sube mas por favorrrrrrrrrrrrrrrrrr siiiiii :)
ResponderEliminarSoy Patty