—Nada cielo, ve tranquila —le dije y me alejé
más de ella. Ella frunció el ceño.
—¿Sabes? He notado que a todas nos dices
cielo, linda o dulce. Pero solo le dices cariño a Lali.
—No, eso no es así —dije.
—Si, puedo asegurarte que sí.
—Pues entonces… no nada. Ve, ve, creo que va
a ser mejor que esto lo dejemos para otro día.
—¿Qué? —preguntó.
—Si, recordé que hoy tengo… tengo que hacer
unas cosas y no podré verte. Lo siento dulce…
—Kate tenía razón —me dijo. La miré bien
—Estas muy cambiado…
Se fue de allí dejándome bastante confundido.
Salí del gimnasio y ya casi todo el mundo se había ido. ¿Cambiado? ¿Yo estoy
cambiado? Al parecer si, y esto no puede estar pasando.
Fui hasta mi moto y me
subí en ella. No quería volver a casa aun. Mejor iré a dar unas vueltas por
allí. Cuando la noche llegó al lugar, decidí volver. Entré a mi departamento, y
escuché un par de risitas graciosas provenientes de mi habitación. Recordé que
Rochi me había dicho que hoy vendrían a dormir Lali y Euge. Mi prima salió del
cuarto y me miró bien.
—¿Qué haces aquí? —me dijo.
—No quiero preguntas, no estoy de humor
Rochi—le dije.
—Uuuuh, que carácter —dijo mientras se
acercaba a la heladera y buscaba un poco de agua.
—¿Qué hacen? —le pregunté.
—¿No era que no querías que te hable? —me
dijo.
—Solo quiero saber.
—Estábamos hablando, y estábamos por mirar
una película —me contestó.
—¿Lali está? —dije. Ella arqueó una de sus
cejas y me miró fijo.
—Si, si esta ¿Acaso viniste a casa porque
Lali iba a estar aquí?
—No, claro que no —dije rápidamente —Solo
tuve un pequeño problema y… ¿Por qué tengo que estar dándote explicaciones?
Está es mi casa y vengo cuando tengo ganas.
—Como sea, malhumorado —me dijo y se fue de
nuevo a la habitación.
Dejé mis cosas sobre la mesada y entré al
baño para darme una ducha. Cuando salí toque la puerta de mi cuarto y Rochi
salió. Me miró.
—¿Qué quieres? —me preguntó.
—¿Puedes darme un poco de ropa? —le pregunté,
mientras intentaba mirar hacia dentro.
Tal vez podría ver un poco de Lali.
—Ahora te la alcanzo —me dijo y entró
cerrando la puerta. Volvió a salir y me dio un pantalón de dormir y un
calzoncillo.
—Gracias —le dije y volví a la sala.
Me puse mi cómodo pantalón de dormir y me
quedé sin camisa. Hacía algo de calor esa noche. Me tiré pesadamente al sillón
y prendí la tele. Volví a escuchar risas y la curiosidad comenzó a molestarme.
Pero no me moví de mi lugar.
Tenía que quedarme en donde estaba. Encontré
una interesante película y me quedé allí tranquilo. Un bostezo involuntario
salió de mí. Miré la hora y el reloj marcaba las 2 de la mañana. ¡Vaya que el
tiempo puede pasar volando cuando uno está muy concentrado!
Apagué la tele y me acosté bien en el sillón.
Coloqué mis dos brazos detrás de mi cabeza y cerré mis ojos. Pero mi cabeza no
dejaba de pensar. Escuché unos pequeños pasos, pero aun así no abrí mis ojos.
De seguro era Rochi. Escuché como la heladera se abría.
—Maldito Lanzani, no tiene nada orgánico
—musitó con enojo —Es un carnívoro.
Entonces levanté mi cabeza y divisé su
pequeña figura buscando algo dentro del refrigerador.
Sin hacer ruido me puse
de pie y con sigilo, como un león a punto de cazar, caminé para acercarme más a
ella. Sentí que iba a enloquecer al verla en un sexy culotte blanco una camisa
de dormir. Uno de mis ojos se entrecerró por la luz que proporcionaba el
refrigerador abierto.
—Herbívora, busca bien. En el cajón de abajo
hay manzanas —le dije.
Ella ahogó un grito y se giró a verme.
—¡Maldita sea, Peter! ¡Casi me matas! —dijo
mientras respiraba algo agitaba ponía una de sus manos sobre su pecho. La
escaneé de arriba abajo. ¡Diablos, se veía condenadamente bien así!
—No fue mi intención, pero que lindo
levantarme y tenerte así en la cocina —le dije y la volví a mirar de arriba
abajo. Su cabello caía desordenado y algo despeinado por sus hombros. Sus
piernas blancas y suaves se veían deseosas. Que ganas de…
—No me mires así —me ordenó con autoridad
—Mírame a los ojos.
—Ya sé de memoria tu rostro, y tus bellos
ojos—dije y me acerqué un poco más a ella —Trato de memorizar otras partes…
Me acerqué más acorralándola contra la pared.
La luz del refrigerador era lo que nos iluminaba. Ella hizo un escaneo nervioso
a mi torso desnudo. Abrió la boca para decir algo, pero las palabras no le
salieron.
—¿Qué? ¿Qué vas a decirme? —le dije y me
acerqué más, apretándola contra mí —Estás en mi casa, y todo lo que está aquí
es mío. Lo toco y lo miró cuando se me da la gana…
—Resulta que no soy una cosa, y también
resulta que no soy tuya —me dijo.
—Mírame fijo a los ojos, y vuélvelo a decir…
no puedes, porque una parte de ti, ya es mía.
Ella guardó silencio, mirándome fijo. Posé mi
vista en sus labios. Esos labios carnosos y calientes que me hacían perder el
control. Como necesitaba besarla…
—Ese ego tuyo, hasta medio dormido es inmenso
—me dijo.
—¿Quieres saber que otra cosa es inmensa? —le
pregunté con la voz ronca.
—No puedo creer que hayas dicho eso —me acusó
nerviosa y algo agitada.
Sonreí divertido y negué con la cabeza.
—Las ganas que tengo de ti Lali… ¿O que
pensaste?
—La inmensa estupidez que puedes llegar a
tener—dijo ella rápidamente.
—Hasta media dormida, eres mal pensada —dije
divertido.
—Ahora apártate, quiero ir a dormir.
Entonces aquello fue más fuerte que yo.
Rápidamente me acerqué a su boca y la besé intensamente. Abrí más sus labios
con mi lengua, y toqué la suya con necesidad. Ella intentó alejarse, pero
coloqué una de mis manos en su nuca y la acerqué más a mí. Un leve gemido
escapó de su boca, cuando la apoyé más contra la pared, apretándola con mi
cuerpo. Sus manos se quedaron quietas sobre mis hombros, mientras nuestras
bocas se conocían más y más, era un movimiento violento y casi insano, pero no
podía detenerme. Mi necesidad de saborearla era apabullante. Ella soltó otro
gemido, cuando mordí sus labios suavemente…
Entonces logró alejarme de ella y sin decir
nada, su mano sonó contra mi mejilla. Agitado volví mi vista a su rostro. Pude
ver la confusión en sus ojos, mientras que su respiración agitada caía sobre mi
boca.
Sentí una pequeña punzada en mi pecho. Un
enojo que me estaba carcomiendo las entrañas. Nuestras respiraciones aun eran
agitadas.
¿Por
qué demonios no cede? ¿Por qué demonios me hace esto?
mas
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarotro cap
ResponderEliminar+++++++++++++++++
ResponderEliminarmass
ResponderEliminarotroooo
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas
ResponderEliminar0tr0
ResponderEliminarsubi mas nove
ResponderEliminarme encanta sube el cap 40 xfa
ResponderEliminarsube el cap 40
ResponderEliminarmas nove :D
ResponderEliminarsube mas novela POR FAVOR
ResponderEliminarsube otro cap por favor
ResponderEliminarsube otro
ResponderEliminarmas novela
ResponderEliminar+++++++++++
ResponderEliminarmasss
ResponderEliminarnove nove nove nove
ResponderEliminarnove nove nove nove
ResponderEliminarotro cap xfa :)
ResponderEliminarsube mas novela hoy xfa
ResponderEliminarmas mas mas mas
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarotro capitulo :D
ResponderEliminarotrooo
ResponderEliminarmas :)
ResponderEliminarnove nove nove nove nove
ResponderEliminarmas novela
ResponderEliminarS
ResponderEliminarB
ResponderEliminarE
ResponderEliminarMAS NOVELA
ResponderEliminaramo tu novela
ResponderEliminarsube el cap 40
mas nove
ResponderEliminarotro
ResponderEliminarmasss
ResponderEliminar+++++++++++
ResponderEliminarUau me encantó! Más!
ResponderEliminarMariaaaaaaa
ResponderEliminarMas !
Beso