—¡Si maldita sea, me vas a dar lo que te estoy pidiendo! ¡Te
guste o no! —colgué el teléfono y salí de la sala de música alterado. Pero mi
enojo se calmo un poco al verla detrás de la puerta —Lali —le dije. Ella trago
saliva.
—Lo siento, solo quería escucharte tocar…
Todo el enojo que se había acumulado en mí, se había
evaporado como por arte de magia al escuchar sus palabras.
—¿Escuchaste verdad? —le pregunté. Ella apretó sus labios.
—Perdón… perdón yo no quería escuchar. Lo único que quería
era escucharte tocar—se disculpó. Sonreí y acomodé un mechón de su cabello.
—Prometo que voy a hacer un concierto para ti sola—dije.
Entonces se acercó a mí y me abrazó. Aquel extraño gesto
mandó un escalofrío por todo mi cuerpo. Me quedé inmóvil, pensando en que
hacer. Reaccionando, mis brazos se levantaron y la envolvieron.
Atiné a esconder mi rostro en su cuello y acercarla más a
mí. Era tan extraña la sensación volátil y tonta que me invadía. Su perfume era
tan delicioso y adictivo. Con sutileza froté mis labios contra su piel.
—Suéltame Lali, sino no podré dejarte ir —le susurré.
—No me dejes, llévame contigo —me dijo. La acerqué más a mí.
—No puedo cariño, voy a la oficina de mi padre —le dije.
Ella se alejó despacio.
—Te acompaño… luego podemos ir a tomar un helado.
La miré bien y sonreí.
—¿Es una cita? —pregunté.
—¿Por qué no? —dijo.
—¿Estás aceptando que me estás invitando a salir?—dije sin
poder creerlo —Pellízcame.
Rió por lo bajo.
—Pero si no quieres… me voy a casa.
—No, claro que no. Ahora no me vengas con excusas.
—Entonces, vamos —dijo y comenzó a caminar. No pude moverme,
me quedé quieto mirándola. Se detuvo y se giró a verme.
—¿Qué sucede? —me preguntó.
—Que realmente eres hermosa —le dije bobamente. Sus mejillas
tomaron un poco de color.
—Vamos, se hace tarde —dijo.
Caminé hasta ella y la miré fijo a los ojos.
—Tienes algo en los labios —dije. Frunció el ceño y llevó
las manos a su boca.
—¿Dónde? —preguntó y bajó la mirada intentando verse a si
misma. Sonreí.
Con su mirada distraída me acerqué más a ella y quité su
mano de mi camino para rozar sus labios. Su boca soltó un leve suspiro.
Besándola suavemente di un paso hacia ella, haciendo que nuestros cuerpos
quedaran más cerca. Con cuidado mordí su labio inferior, para luego alejarme
despacio.
—Como me gusta besarte, Lali —le confesé aun cerca.
Ella se alejó un poco más y me miró a los ojos. Mordió sus
labios y se volvió a sonrojar.
—Vamos, ¿quieres? —me dijo.
Salimos de allí y caminamos hasta el estacionamiento. Miré a
mí alrededor buscando su auto, pero no estaba.
—¿En que viniste? —le pregunté.
—Caminando —dijo simplemente.
—Perfecto —aseguré —Así podré llevarte conmigo…bien cerca.
—Eres un aprovechador —me acusó. Sonreí y me subí a Betty
—Sube aquí —le hice el gesto para que se sentara Justo
frente a mí.
—¿Y si mejor voy atrás? —preguntó.
—No seas vueltera, y ven aquí —dije y la tomé de la mano
para jalarla hacia la moto.
Se subió y se acomodó bien. Recogió su cabello y me dejó la
linda vista de su nuca. No pude contenerme y me acerqué a besar su cuello. Ella
dio un pequeño salto.
—Peter —se quejó.
—Lo siento, lo siento. Eres demasiado irresistible…
—¿Puedes dejar de jugar y vamos? —me pidió.
Con una pequeña sonrisa arranqué y prendimos marcha hacia la
oficina de mi padre. En el camino mi cabeza no dejaba de pensar en la carta de
mi madre. No dejaba de pensar en Hoope.
¿Pueden creerlo?
Tengo una hermana. Toda mi vida quise tener hermanos, y
ahora se que tengo una. Es increíble.
—¿Estás bien? —su voz llegó medio lejana a mi cabeza. La
miré a los ojos.
—¿Qué? —pregunté.
—¿Qué si estás bien, Peter? —repitió algo preocupada.
—Si cariño, ¿Por qué lo dices? —le dije.
—Porque tienes cara de enojado.
Le sonreí levemente y besé su mejilla.
—No estoy enojado, solo estaba pensando.
Me detuve Justo frente a las oficinas de mi padre. Me bajé
primero y ayudé a Lali a bajar.
Comenzamos a caminar hacia adentro.
Sin saludar a nadie de la entrada, me dirigí directamente al
ascensor. Nos subimos y marqué el piso de mi padre.
Estaba ansioso por llegar. Necesitaba saber en donde estaban
todas esas cartas. Y esta vez Mariano no se iba a salir con la suya.
Llegamos al piso y nos bajamos. La secretaria de mi padre me
miró sorprendida y estaba por agarrar el teléfono.
—Deja ese teléfono allí, Aly —le dije. Ella colgó el tubo.
Miré a Lali —Espérame aquí cariño, ¿Si?
—Aquí te espero —me dijo.
Le sonreí apenas y caminé rápidamente hasta la puerta de mi
padre. Sin tocar la abrí y entré.
Él me miró fijo cuando lo hice. Cerré la
puerta con algo de fuerza y lo miré fijo a los ojos.
—¿Dónde están las cartas? —le dije lo más calmado que pude.
—Hola ¿no? Hace mucho que no te veo —me dijo el muy cínico.
—¡Contéstame! —le exigí. Él no dijo nada. Entonces tomé la
carta que había guardado y se la mostré —¿Sabes lo que es esto?—pregunté y
sonreí irónicamente —Es una carta de mamá.
—¿De donde sacaste eso? —me preguntó poniéndose de pie.
—Quiero todas las cartas que ella me mandó. ¡Son mías y nada
tienen que ver contigo!
—¿Por qué sigues insistiendo con ella? ¿Acaso no ves que
nunca le importaste? ¡Si le hubieses importado no se hubiese ido con aquel
infeliz!
—¡Ella se fue por tu culpa! —le grité.
—Solo voy a decirte una cosa Peter… no me busques—me dijo
hablando en voz baja.
—Por lo menos dame un teléfono en donde llamarla. Mañana es
su cumpleaños… quiero hablar con ella —le dije reteniendo todo mi enojo.
—No —sentenció.
—¡Maldita sea! —le rugí y tiré todas las cosas que estaban
sobre el escritorio. Abrí la puerta y salí de allí. Sin prestar atención a que
Lali estaba allí me acerqué a Aly —¡¿Dónde está el número de ella Aly?! —le
pregunté bastante alterado.
—Yo… yo no lo se —me contestó nerviosa.
—¡Si que lo sabes! —le grité.
Sentí unas pequeñas manos tomarme del brazo y jalarme hacia
ella. Cerré los ojos y dejé que ella me calmara con sus brazos.
—Tranquilo —me susurró mientras me abrazaba más.
Otra vez todo eso enojo que tenía se evaporó. Me quedé
quieto cerca de ella, sus manos subían y bajaban por mi espalda, calmándome.
Luego de unos segundos me alejé con cuidado.
—Lo lamento —le dije mirándola a los ojos.
—Oye, tranquilo —me dijo y acarició mi mejilla. Me giré a
mirar a Aly.
—Lo siento Aly, se que no tienes nada que ver —me disculpé.
—Todo está bien, Peter —me dijo ella. Mariano salió de la
oficina y se quedó quieto al ver a Lali allí. La miró extrañado por unos
cuantos segundos.
—No sabía que estabas acompañado —me dijo sin dejar de
mirarla.
—Si, pero ya nos vamos —le dije apretando los dientes.
—No espera —dijo él y lo miré —Necesito que hagas una cosa,
y te voy a dar el número que quieres…
—¿Qué cosa? —pregunté al instante.
—Necesito que le lleves esto a Donald que está abajo
esperando, y que firmes por mí el papel que él tiene —me indicó.
—Para eso tienes empleados —le recordé.
—¿Quieres el número? Entonces has lo que te digo—me dijo.
Solté un suspiró cansado. Me acerqué a él y tomé el papel. Miré a Lali.
—Espérame aquí por favor —le pedí. Ella asintió y salí de allí.
Bajé rápidamente por las escaleras para no perder mi tiempo,
necesitaba ese número para poder hablar con mi madre.
Me encontré con Donald, le di el papel y firmé otro. Volví a
subir, estaba por entrar a la sala, pero me quedé detrás de la puerta al escuchar
a mi padre hablar.
—Pensé que eres una chica inteligente, Lali —le dijo.
—Y yo pensé que usted era un hombre honesto y trabajador
señor Lanzani, pero veo que las apariencias engañan —le dijo ella.
—Te conviene tenerme como amigo pequeña, ya que si pretendes
estar con mi hijo y casarte con él tienes que tener mi agrado…
Lali empezó a reír y no pude evitar sonreír por ello.
—No puedo creer que haya dicho eso… ¿Usted se da cuenta de
lo que acaba de decir? Señor Lanzani tengo 19 años y no tengo intenciones de
casarme aun… además de que no creo que su hijo quiera eso —le dijo divertida.
—No seas insolente —le advirtió.
—Y usted no sea ridículo. Olvídese de que voy a hacer algo
de lo que me acaba de pedir, esta muy equivocado si piensa que voy a decirle algo
malo con respecto a…
Entré y ambos me miraron. Miré fijo a mi padre. Estaba algo
rojo y se notaba que estaba molesto. En cambio Lali tenía esa cara de calma y
armonía que siempre lograba hacerme sentir mejor.
—¿Pasó algo? —le pregunté.
—No nada, solo que tu padre se sabe unos chistes muuuuy
graciosos —me dijo ella sin dejar de mirarlo.
—Espero que te hayan tratado bien —dije mirando a mi padre.
—No tengo nada para decir —me dijo ella.
Mariano se acercó a la mesa de la secretaría y tomó un
papel, anotó algo y me lo dio. Lo miré y era un número de teléfono.
—¿Vamos Lali? —le pregunté. Ella me miró y sonrió.
—Vamos —dijo asintiendo —Adiós señor Lanzani… fue un placer
hablar con usted.
—Adiós señorita Esposito —le dijo él.
Salimos de allí y noté que la cara de calma y armonía de
Lali había cambiado por una cara de molestia.
—¿Qué sucede? —le pregunté. Me miró y sonrió levemente.
—No, nada. Solo estaba pensando —me dijo.
—Cariño, yo se que dijimos de ir a tomar un helado…pero
¿podríamos dejarlo para otro día?
—Claro que si —dijo y me miró a los ojos —Debo ir a hacer
unas cosas, ¿necesitas algo de mí?
‘Varias cosas me gustarían de ti’
—No cariño, nada —le dije antes de decirle semejante
barbaridad.
—¿Seguro? ¿No quieres que me quede contigo?—preguntó.
—¿Vas a admitir que estas preocupada por mí? —le dije. Ella
sonrió y luego bajó la mirada.
—Claro que estoy preocupada por ti…
—¿Cuánto?
—Bastante —dijo mientras miraba para otro lado.
—¿Y por qué será eso?
—Porque, porque… debo irme —dijo y comenzó a caminar.
—Lali —la llamé. Se giró a verme —Porque te mueres por mí,
¿verdad?
Revoleó los ojos y negó con la cabeza.
—Luego te llamo… ¿estás seguro que estarás bien?
—Si, voy a estar bien —le dije divertido.
—¿No vas a hacer ninguna tontería, cierto?
—No voy a hacer ninguna tontería.
—¿Me lo prometes?
—Si no te vas voy a besarte —le dije.
Sus ojos se abrieron bien y pestañeó varias veces.
—Ya me voy —dijo algo nerviosa y comenzó a caminar.
Sonreí al ver su paso apresurado al caminar, entonces corrí
hasta ella y la tomé del brazo para jalarla hacia mí y besarla dulcemente en
los labios.
—De todas maneras iba a hacerlo —le dije cuando me alejé
apenas un milímetro de ella.
Capitulo re laliter , hace tiempo no comentaba
ResponderEliminarme encanto el cap
el viejo de peter es una mierda
besos Mariaaa! , cuidatee
@sofi_blog
mas nove
ResponderEliminarotro cap xfa
ResponderEliminarmaas
ResponderEliminarsube mas novela :)
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarotro cap
ResponderEliminar++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarmas novela
ResponderEliminarAay éste capítulo fue muy lindo! Otro por fa!
ResponderEliminarMe encantaaa....Peter habrá firmado algo que no debía?
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarmassss xfa
ResponderEliminarsube otro cap hoy por favor
ResponderEliminarsube mas nove
ResponderEliminarmassssssssssssssss
ResponderEliminar+++++++++++++++++
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ResponderEliminarME ENCANTA LA NOVE
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ResponderEliminarnove nove nove nove nove
ResponderEliminarno pueden ser mas tiernos laliter :)
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