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lunes, 19 de agosto de 2013

CAPITULO 54

Holaaaa!!! Ahora viene unos capitulos muy intensos y muy laliter :):) En este capitulo Vico es un divino :)  Yo solo aviso ;) Si hay muchos comentarios va otro mas!! Besos

—Bueno yo... llegué y me senté con ellos a cenar. Toque a Lali por debajo de la mesa... aunque vale decir que ella comenzó —me defendí.

—¿La tocaste? eres un cerdo —me acusó Dalmau.


—Ella comenzó —me quejé.



—Pero ¿Por qué? —preguntó Nico.

—Porque me pidió que me fuera y no me fui y le dije que hoy iríamos los tres al partido de los lakers le gustara o no, y entonces ella me dijo que si quería jugar que jugara, pero que ella también iba a hacerlo —les conté.

—¡Un momento! ¿Acabas de decir partido de los lakers? —dijo el pelado.

—¿Llevaras a Lali y a Vico al partido? —dijo sin poder creerlo Gastón.

—¡Bueno! No podía dejar que salieran hoy y perderme el partido por estar detrás de ellos.  Algo tenía que hacer... y no se me ocurrió mejor cosa que invitarlos al partido —me defendí.

—No puedo creerlo, ¿Qué te pasó amigo? De verdad esto ya me preocupa —dijo Riera.

—Quiero llorar, quiero... quiero a tu prima Peter—habló Gastón.

—¿Acaso tu también vas a querer un psicólogo? —le preguntó Nico.

—¿Podríamos ir por orden y concentrarnos en mi problema? Después vamos a todos los problemas de ustedes —les dije.

—Tu problema es simple y sencillo... tienes que ir agarrar a Lali y decirle: Lali yo no se en que momento pasó, ni como. Pero te amo, y no puedo dejar de pensar en ti... me he vuelto un completo idiota... un poco más de lo que ya era. Y ahora todo mi mundo depende de ti... de tu mirada, de tu sonrisa. Solo quiero estar contigo y que seamos felices. Por favor, se mía para siempre —habló cursimente. Nicolás y yo estallamos en risas. ¡Oh dios, eso no podía ser cierto!

—¿Eso es lo que estas pensando decirle a mi prima? Te lo digo amigo, se te va a reír en la cara. Eres demasiado cursi…

—Que bajo concepto tienes de Rochi, es mujer todas las mujeres se derriten quieran o no con esas cosas. Pueden comprobarlo ¿Cuántas veces usaron a Neruda o a sus equivalentes para conquistar a una mujer? —nos preguntó.

—Tienes razón —dijo Nico.

—La única diferencia es que esta vez cuando se lo diga, si es que me animo a decirle le hablaré desde el corazón —dijo totalmente cursi. Fruncí el ceño.

—Hermano... me emocionas. Eso se llama tener los pantalones bien puestos y amor por otra persona además de ti —lo felicitó Nicolás.

—Lo se, la diferencia entre Peter y yo es que yo sé cuándo ser humilde —se defendió.

—Ustedes dos no me están ayudando... solo me están hundiendo —les reproché.

—No es eso Peter, sino que intentamos hacer que entiendas que no todo en la vida es sexo y atracción física... esta permitido que sientas amor por la chica con la que te acuestas —me aclaró el pelado.

—Pero yo no quiero sentir amor —le dije.

—¿Por qué? —preguntó Dalmau.

—Porque no sirvo para sentir amor —aseguré. Porque cuando se siente amor y lo pierdes... es un dolor terrible. No quiero volver a sentir una cosa así

—Todos servimos para sentir amor Peter… no seas terco piénsalo así. Imagínate que Lali se enamora de D’Alessandro y empiezan a salir —me dio un ejemplo Nico.

—¿Cómo vas a sentirte? —dijo Gastón.

—Antes de que eso suceda lo mato —dije simplemente.

—Dile lo que sientes antes de que sea demasiado tarde.

—Y la pierdas para siempre...

  ¿Para siempre? Para siempre es una palabra demasiado grande. Pero entonces me puse a pensar un poco en aquello. ¿Cómo sería perder algo que nunca tuve? ¿Cómo sería perder a alguien que no se si amo? Entonces miré la hora en la pared de la cocina y ya eran las 7 de la tarde. Maldición iba a llegar tarde, y no podía permitirme eso.

—Muchachos debo irme, llegare tarde al partido. Son unos pésimos psicólogos, pero igual se los agradezco. Prometo que iremos los tres juntos al próximo juego —les dije.

—Eres una rata —me acusó Gastón.

—Mal agradecido.... cuando te des cuenta de lo que hablamos va a ser demasiado tarde, y no estaremos aquí para escucharte —dijo Nico.

—Adiós —dije revoleando los ojos y colgué el teléfono.

  Tomé mi abrigo y las entradas. Y salí de mi departamento. Esta vez no dejaría a Betty en casa, ella era la única que merecía todo mi amor y respeto. Prendí marcha hacia el estadio, y llegué más rápido de lo que esperaba. Dejé a Betty y vi como el auto de Lali llegaba al lugar. 

Estacionó Justo frente a mí. Vico se bajó y del otro lado Lali. Ambos me miraron.

—Apúrense que llegamos tarde —les dije.

Le dedique una rápida mirada a Lali.

  Ella solo atinó a mirar hacia otro lado. Vico se acercó a mí y me saludó amable. Tomando el brazo a su acompañante, Lali miró a su alrededor como inspeccionando el lugar. Les indiqué por donde teníamos que ir. Nos acercamos al hombre y les entregué las entradas. Asintió con la cabeza y nos dijo que lo siguiéramos. Estábamos en la fila 2 de la parte VIP, miré a mí alrededor y vi varias personas conocidas. Un viejo amigo se giró a verme cuando nos sentamos detrás de él.

—¡Peter! ¿Cómo estás tanto tiempo? —me dijo y me tendió la mano. La tomé y le sonreí.

—¿Qué tal Leo? ¿Cómo te trata la vida? —le dije. Él rió levemente.

—Bien, bien aquí relajándome un poco mirando al equipo. No pude comunicarme contigo pero… tu donación para las causas ecológicas fue muuuuy buena. Era lo que nos faltaba para completar —me dijo.

—Me alegro por ello —dije y miré a Lali, que lo miraba perpleja. Sonreí por lo bajo —Lo siento, no los presenté. Ella es Lali una ‘amiga’.

—Es un placer Lali —le dijo él —Tienes un excelente amigo…

—Si, ya lo creo —dijo ella por lo bajo. Le presenté a D’Alessandro y luego hablamos un poco más. Hasta que Leo se concentró en otra conversación. Me senté bien en mi asiento.

—¿Cómo conoces a Leonardo Di caprio? —me preguntó ella sin poder creerlo.

—Conozco a mucha gente cariño, y no soy tan insensible y egoísta como dices que soy. Te podrías sorprender —le dije. Una voz grave avisó que el partido estaba por comenzar.

  Estiré mi cabeza para mirar a D’Alessandro, ya que, Lali se encontraba en medio de ambos. 

—¿Cómo va todo D’Alessandro?

—Bien, bien —me dijo él divertido —No sabía que conocías a gente del espectáculo.

—Conozco a gente de todos lados —dije divertido.

—Principalmente de la noche —aseguró Lali.

—Si tú lo dices —dije y volví mi vista al frente.

  El partido comenzó, los lakers salieron a la cancha y todos nos pusimos de pie para aplaudirlos y gritar. El equipo contrario también salió y al minuto el partido comenzó. Los minutos comenzaban a pasar y el partido se ponía cada vez más interesante. Hasta que mis ojos se posaron en las manos de Lali y Vico. Estaban entrelazadas y apoyadas sobre el apoya brazos del asiento. Sentí una pequeña presión en el pecho y unas ganas tremendas de separarlos. Lali se puso de pie y soltó la mano de Vico cuando nuestro equipo perdió un excelente punto.

—Son unos muertos —aseguró mientras volvía a sentarse. Vico rió divertido.

—Oye, ¿quieren que vaya por algo de tomar?—preguntó.

—Si, por favor —le dije.

—Yo quiero una botella de agua Vico —le dijo dulce ella.

—Está bien, ahora vuelvo —dijo y se puso de pie.

Al instante en que se fue, la voz del parlante nos avisó que el entretiempo había empezado. 

Miré a Lali, pero ella no me miró.

—¿Cómo estás? —le pregunté luego de unos segundos de silencio.

—Bien —contestó simplemente.

—¿Me… me perdonas? —le dije. Ella se giró a verme algo sorprendida.

—¿Por qué? —me dijo.

—Por lo de anoche —musité y sin pensarlo tomé su mano con la mía —Yo fui un imbécil… no debí hacerlo. Pero sabes cómo soy, soy impulsivo —ella miró el agarre de nuestras manos, y luego levantó su vista a la mía. Era como si escuchar eso de mí, no hubiese sido cierto. 

  Entonces levanté mi mano y acomodé un mechón de su cabello detrás de su oreja. De repente sentí que todo el mundo estaba mirándonos. Giré mi cabeza y vi nuestra imagen en una de las pantallas gigantes del estadio. Volví mi vista a Lali y ella también miró a su alrededor.

—Si, si muchachos. Están en la besa-Cam —habló la voz del locutor del partido.

Seguí mirando a mí alrededor.

—Beso, beso, beso —la gente comenzó a decir. Lali negó efusivamente con la cabeza, haciendo que el canto de la gente se intensificara. Miró a la pantalla y miró a la gente.

—No, no. Ella vino con alguien más —dije haciéndome el inocente.

¡Diablos, si ella se entera que esto está planeado es capaz de asesinarme!

—Beso, beso, beso —la gente seguía insistiendo.

—Vamos chicos, no hagan que la gente se ponga molesta… bésense. Queremos un lindo beso. Vamos que hacen una linda pareja—habló la voz por todo el estadio. Lali miró a su alrededor para percatarse de que Vico no estaba por ahí. Me miró y luego miró a la gente.

—¡Esta bien! ¿Quieren un beso? —preguntó.

  Las personas que estaban cerca asintieron. Entonces ella se acercó a mí y chocó sus labios con los míos.

  Suavemente tomé su rostro y dejé nuestras bocas quietas, pues no creo que sea correcto con tanta gente mirando. Las personas comenzaron a aplaudir, creo que satisfechas.

—Eso es —dijo el locutor —Ahí tienen un amor joven…

Ella se alejó de mí y volvió su vista al frente.

—No puedo creer que esto me pase a mí, es increíble—dijo algo molesta.

Sonreí por lo bajo y de pronto llegó Vico cargado con cosas.

—Lo siento si me tardé, pero había mucha gente —se disculpó y se sentó.

  Le dio el agua a Lali y a mí me alcanzó una gaseosa igual que él. El partido volvió a comenzar. 

  Pero esta vez Lali no tomó la mano de D’Alessandro, pero tampoco tomó la mía. Eso solo puede decir que ella está confundida. Y creo que eso tampoco es algo de ahora, ¿verdad? Lo sé, lo sé. Soné como un verdadero estúpido al razonar aquello. El partido terminó. Los lakers ganaron por amplio margen de diferencia. Nos pusimos de pie y con cuidado salimos de allí.

—¿Me esperan afuera? Necesito ir al baño —dijo Lali.

—Si, si, si —le dije —Ve tranquila —alejándose de nosotros caminó por un pasillo. Miré a Vico y ambos caminamos para salir afuera.

—Buen partido, ¿verdad? —me dijo.

—Excelente partido —le dije mientras nos acercábamos más a nuestros coches.

  Ambos giramos la cabeza para ver como una enojada Lali se dirigía hacia nosotros. Se paró en seco delante de mí.

—¡No puedo creer que fuiste capaz de hacer eso! —me dijo nerviosa.

—¿De que hablas? —le pregunté.

—¿De que hablo? ¡¿De que habló?! —Preguntó histérica —¡Le pagaste al chico de la cámara para que nos apuntara!

—¡Bueno si, lo hice! ¿Y que? —le pregunté alzando un poco mi voz.

—¡Eres un manipulador horrible! ¡Te odio, eres de lo peor Peter! ¡Y encima en un momento te creí el tema del perdón!

—¡Pues creo que ayer fuiste muy clara cuando me dijiste que ibas a jugar! ¡Pues yo también estoy jugando!

—¡Por dios, ya basta! —dijo Vico alzando su voz. Ambos nos giramos a verlo —¿Acaso van a seguir dando vueltas?

—¿De que hablas Vico? —le preguntó Lali.

—¡De esto! ¡De ustedes! Ya dejen de pelear solo para ocultar lo que les pasa —nos dijo.

—Amigo, creo que perdiste un tornillo —le dije.

—Si, tal vez si… pero ustedes están perdiendo el tiempo. Ya no lo oculten, hasta el más idiota de los idiotas se daría cuenta de que ustedes se quieren —dijo haciendo un gesto con los hombros. Lali y yo nos miramos para luego estallar en risas.

—Es broma ¿cierto? Por si no te has dado cuenta ella es una histérica voluble que me quiere enloquecer cada vez que tiene oportunidad —le dije y miré a Lali.

—Y él simplemente es un idiota —dijo ella sin dejar de mirarlo.

—Lo que sea muchachos, ustedes ríanse, insúltense, ódiense. Pero la cruda verdad les va a caer encima para aplastarlos —nos dijo. Soltó un suspiro y se acercó a Lali —Lali eres hermosa, eres la chica ideal para un chico como yo... encantado ya te hubiese presentado a mi madre. Pero yo no soy para ti —le dijo. Soltó su mano y me miró —Ustedes dos son el perfecto ejemplo del amor opuesto.

—Vico… —dijo ella.

—Yo seré tu amigo Lali, podrás contar conmigo para lo que sea. Pero es con él con quien tienes que estar.

—Estoy de acuerdo con eso —dije asintiendo.

—Y tú no seas tonto, Peter. No hay muchas como ella, y creo que eres consciente de ello —me dijo y miré a Lali —Ahora debo irme, tengo que hacer unas cosas. Pero no sean tontos y piensen —comenzó a caminar para alejarse de nosotros. Ninguno dijo nada, él nos había dejado con la palabra en la boca. Giré mi cabeza para mirarla.

—¿Vas a pensarlo? —le pregunté.


33 comentarios:

  1. cuando vas a hacer maratón ???

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  2. nove nove nove nove nove nove

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  3. tenias razón vico en este cap es un divino

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  4. sube otro
    q le responderá lali a peter ???
    me quede con esa gran duda

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