—¿Por qué crees eso de mí? —dije haciéndome el
inocente.
—¿Será porque te conozco?
—¿O por qué es predecible? —dijo Euge.
—No chicas, están equivocada —me puse de pie y
caminé hasta ellas. Coloqué una de mis manos sobre el hombro de Euge —¿Y saben
que? tienen razón en todo lo que dijeron, así que si necesitan mi ayuda para
hacer que Lali salga con D’Alessandro, no duden en avisarme que haré lo que
sea.
Miré a mi alrededor fijándome si ella no estaba por
ahí. No, no había ninguna señal de ella.
—¿Se puede saber qué demonios haces? —me preguntó
Gastón.
—Estoy mirando —le dije y volví a mirar para todos
lados.
—Sí, ya lo sé. Pero ¿Qué miras? —me dijo él.
—Nada, nada. No me hagas caso —dije y dejé de
mirar. Nicolás me miró frunciendo el ceño.
—¿Hay algo que quieras contarnos? —me dijo el
pelado. Lo miré bien.
¡Oh, diablos! Euge, ya le fue con el cuento.
—¿Tu noviecita ya te fue con el chisme? —le dije
con tono burlón.
—¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó Gas.
—¿Sabes con quien se acostó ayer a la madrugada,
Peter?—le dijo Nico.
—No, ¿Con quién?
—Nicolás —le dije para que se detuviera.
—Con Lali —le dijo. Gastón se giró a verme sin
poder creerlo.
—No es cierto —me dijo.
—¡Maldita sea, Nicolás! No tuviste que haberlo
dicho—dije enojado.
—No, no puedo creer que lo hayas conseguido —me
dijo Gas aun sin poder creerlo.
—Bueno, ya esta no quiero hablar del tema —le dije
y volví a mirar a mí alrededor.
Estábamos en la Universidad, ayer por la tarde me
la pasé peleando con Rochi y Euge y también riendo un poco. Aquellas dos me
acusaron de ser un cínico que necesita urgentemente la ayuda de un profesional.
Y puede ser que tengan razón, pero yo ni iba a dejar que se salieran con la
suya. Hoy era un día nuevo y yo tenía que estar muy alerta para vigilar a Lali.
El auto que yo estaba esperando que llegara, llegó
y se estacionó a unos cuantos metros de donde estábamos nosotros. Las tres
bajaron al mismo tiempo. Mi mirada se posó en mi prima. Al instante Rochi me
miró fijamente. Sonrió triunfante y me sacó la lengua en forma de burla. Vi
como las tres entraban a la Universidad y comencé a empujar a mis amigos para
que caminaran.
—¿Qué sucede? —preguntó Gas.
—Caminen, caminen. No podemos perder de vista a
esas tres —les dije y los seguí empujando.
Las divisé caminando hacia uno de los salones,
entonces apresuré nuestros pasos y sigilosamente nos acercamos más a ellas.
—Hoy tenemos que ir a la biblioteca antes del medio
día, Lali —le dijo mi rubia prima.
—¿Para que? —preguntó la morocha.
—Tienen que ayudarme a dar unos libros, ¿si? —dijo
Euge
Entrecerré los ojos, pequeñas manipuladoras. ¿Con
que ese es su plan? Hacerlos cruzarse en la biblioteca, que ella le de sus
libros. No lo van a lograr…
—Claro, no hay ningún problema —dijo Lali.
—Claro que si hay un problema —susurré.
—¿Cuál es el problema? —me preguntó Gas.
Detuvimos nuestros pasos Justo antes de entrar al
salón. Ellas ya habían entrado.
—Que la loca de mi prima y la pequeña diabólica,
quieren hacer que Lali salga con un tipejo —les conté.
—¿Qué tipejo? —me preguntó Nico. Entrecerré los
ojos y miré hacia la puerta del salón.
—Vico D’Alessandro —sentencié.
—¿Vico? ¿El presidente del centro? —dijo Gas.
—Ese mismo —afirmé.
—¿Y que tiene de malo? —dijo el pelado.
—¿Cómo que tiene de malo Nicolás? Absolutamente
todo—le dije.
—Pero ¿Acaso no era que Lali solo te interesaba
para una noche? Bueno, ya la obtuviste. ¿Ahora que quieres de la pobre? —me
acusó Gastón.
—Esto no tiene nada que ver conmigo —mentí.
—¿A no? ¿Entonces? —dijo Nico.
—Solo me preocupa que quieran involucrarla
con…cualquiera —dije. Gastón miró a Nicolás y sonrió.
—Nunca había escuchando una mentira tan grande —le
dijo divertido.
—Bueno, ¿de quien son amigos? ¿Míos o de ella? —les
pregunté.
—Nos agrada Lali —dijo Gas —Es una buena chica, y
es como la hermana que nunca tuve.
—Y tú eres un cerdo —acotó Nicolás.
—Lo que sea —les gruñí —¿Van a ayudarme?
—¿A que? —dijo el pelado.
—A impedir que ella conozca a D’Alessandro —les
dije.
—Listo, acaba de perder completamente el juicio—dijo
Gas.
—¿Estas bromeando cierto? Si yo tuviera una hermana
se la entregaría a Vico… ¿Tienes idea de lo bueno que es? No podrían encontrar
un mejor candidato para Lali —aseguró mi querido amigo Riera.
—Tú no me mereces llamarte amigo —le aseguré.
—Yo votaría por Vico para presidente del país, si
alguna vez se postulara —agregó Dalmau.
—¿Seguirán alabando al enemigo o van a
ayudarme?—les dije algo nervioso.
—¿Enemigo? —dijo algo confundido Nico.
—No te entiendo —me habló Gas —Me confundes… con
razón las chicas quieren alejar de ti a Lali.
—¡Perfecto! Lo haré todo yo solo… con amigos así,
quien necesita enemigos. Hasta Martínez, me hubiese apoyado más en esto que
ustedes —les reproché.
—¿Espera un segundo? —me dijo Nico y sonrió —¿Con
eso nos estas queriendo decir que estas CELOSO de que Lali salga con otro?
—Solo estoy diciendo que voy a proteger a mi AMIGA
de una desilusión —le dije sin mirarlo a la cara.
—Mayor desilusión que tú, no creo —me dijo Gas. Lo
miré asesinamente.
—Conmigo ya sabe lo que tiene, no hay más. Pero con
un extraño, y más de esos que son buenos, son los peores. No hay que
fiarse—dije hablando como todo un sabio.
Nicolás soltó un cansado suspiró y apoyó su mano en
mi hombro.
—Solo porque eres mi amigo, mi hermano, voy a
ayudarte tratando de sacarle un poco de información a Euge.
—Te advierto que es terrible —le dije. El sonrió
divertido.
—Lo se —dijo con tono bobo. Miró a Gas y lo empujó
levemente —A ver cuando te le declaras a Rochi, para que le puedas sacar
información también.
—Sería algo más que información lo que le
sacaría—dijo poniendo cara de tonto enamorado.
Lo miré preocupado.
—Si claro, estoy completamente seguro de que ella
le sacaría información a él —le dije a Nico.
Una figura salió del salón y comenzó a caminar por
el pasillo. Me incorporé de la pared, en la que estaba apoyado, para mirarla.
Era Lali.
Mis ojos se abrieron bien al ver que caminando
hacia ella venía D’Alessandro. ¡Oh diablos, esto no podía ser cierto! Vimos
como Rochi se asomaba por la puerta y sonreía al ver a D’Alessandro.
—¡Lali! —la llamó fuerte.
La morocha se giró a verla al instante, y al
instante en que hizo eso se chocó de frente con él. D’Alessandro fue rápido y
la tomó de la cintura, impidiendo así una caída segura por parte de ella. La
escenita se estaba llevando más miradas de las que realmente se ameritaba.
Sentí como la sangre corría más rápido por mis venas al ver como él la estaba
mirando. Y aun no la había soltado.
—No pudo haber sido mejor —dijo Rochi sonriente.
—Más vale que vaya sacando sus manos de ella,
porque o sino aquí va a correr mucha, pero mucha sangre —aseguré sin dejar de
mirarlos.
—Lo siento, ¿estás bien? —le preguntó él a ella,
cuando al fin la soltó.
—Si, si. Perdón, soy una tonta… no estaba mirando
mi camino —se disculpó ella.
—Soy Vico D’Alessandro —se presentó y estiró su
mano. Ella la tomó con cuidado.
—Lali Esposito —le dijo con una pequeña sonrisa.
—¿Eres nueva? —le dijo él.
—Si, entré este semestre —le contó. Vico asintió y
le sonrió amablemente.
—Sabía que había entrado gente nueva, pero no había
tenido el agrado de conocerla. Es un placer… bienvenida.
—Muchas gracias —dijo ella y vi como sus mejillas
tomaban un poco de color.
—Cualquier cosa que necesites me avisas… por si no
sabías soy el presidente del centro de estudiantes, cualquier cosa que pase con
las materias o algún profesor no dudes en contarme. Así podremos arreglar el
problema.
—Lo tendré muy en cuenta —dijo Lali.
—Vaya que eres una genio Rochi, no pudo haber
salido mejor el numerito —la felicitó Gas.
Rochisonrió orgullosa.
—Pero esto no fue planeado, yo no esperaba que se
encontraran en el pasillo. Pero al parecer el destino si —dijo contenta.
—Pero si hiciste que se chocaran —le dije mirándola
mal. Ella arqueó una ceja.
—¿Celoso primito? Pues bien merecido te lo
tienes—me dijo
—¿Saben una cosa? Todos tienen razón —dije y miré
de nuevo a Vico y Lali. Se estaban despidiendo.
—Vico es un tipo estupendo, es más voy a hacerme su
amigo.
—Si, claro —dijo Nico.
—Lo que digas —agregó Gas.
Lali siguió su camino hacia el lado de la
cafetería, mientras que Vico comenzó a caminar para el lado en el que nosotros
nos encontrábamos.
—¡Vico, amigo! —le dije. El se giró a verme —¿Cómo
estás?
—Hola Peter —me saludó —Bien, ¿y tú?
—Perfecto —le dije.
—Me alegro —dijo y detuvo su paso para mirarme —¿No
tienes ningún problema con algún profesor verdad?
—Por ahora no amigo, para nada —dije negando con la
cabeza.
—Que bueno, pero cualquier cosa no dudes en
avisarme…
—Tranquilo, cualquier cosa iré a verte.
—Estoy para lo que necesites.
—Lo se, eres un gran presidente —le dije.
—Eso intento —dijo divertido y siguió caminando.
—Eres un manipulador horrible —me acusó mi prima.
—Y tú eres una prima horrible. ¿Cómo le vas a
entregar a Lali así como si fuera un paquete o algo por el estilo? ¿Qué clase
de amiga eres? Olvídate de que somos familia… ya no te quiero más —le dije y
miré para otro lado.
—No importa que ya no te quiera, Rochi —le habló
Gastón —Yo estoy aquí para cuidarte cuando este primo abandonico que tienes te
abandone.
—¿Enserio? —le dijo ella.
—Claro que si caramelito —dijo él.
—Wa, eres tan tierno —dijo ella y se acercó a él
para pellizcar su cachete.
Gastón acepto el gesto como lo mejor que le hubiese
pasado en toda su vida.
—¿Lo ves? Eres una persona horrible… hasta haces
que Gastón diga puras tonterías en más de dos oraciones —le dije.
Golpeé levemente a Gastón para que dejara de
mirarla con cara de imbécil —Además de que yo conozco a Vico a raíz de mis
problemas con la autoridad de este lugar, mucho antes de que Lali llegara…
—Pero nunca te había importado lo que hacía, ni
nada sobre él. Así que mantén tu persona alejada de él y de Lali, porque o sino
vas a acordarte de mí —me aclaró ella.
—No se, no puedo prometerte nada primita. Ya sabes
que tengo varios problemas con la autoridad de aquí —le dije.
—Prométemelo, Peter —sentenció.
—Rochi, no se si pueda.
—¿Por qué haces esto? —me preguntó.
—Porque está muerto por Lali y no quiere admitirlo…
—Admítelo —me dijo mi prima.
—Es que eso no es así, yo solo quiero cuidarla
porque es mi amiga…
—Si, una amiga con la que te gusta acostarte. Con
la que te gusta tener sueños pervertidos. Y a la que te gusta besar por ahí —me
acusó.
Sonreí burlonamente y sin querer recordé algunas de
las cosas vividas con Lali la noche pasada.
—Eso sí es verdad —dije con una sonrisa perversa en
los labios —Ella es tan… grrrrrr
—Eres tan sucio —me dijo ella.
—Y a mucha honra —aclaré.
—Te detesto —me dijo mirándome venenosamente.
Le sonreí y palmeé suavemente su hombro. Haciendo
que su odio hacia mí se incrementara notablemente.
—Yo también te quiero prima…
muy buenomás!
ResponderEliminaresta bueno el cap
ResponderEliminarme encanto el cap pero me gustaría que hubiera mas laliter
ResponderEliminarjajajajajjaa grande perter
ResponderEliminarmas
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ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarotro cap
ResponderEliminarmas!
ResponderEliminarotroooo00
ResponderEliminarotro capitulo
ResponderEliminarme encanta la nove
++++++++++++
ResponderEliminarsube mas xfa
ResponderEliminarsube otro
ResponderEliminarmass mass
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssss :)
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ResponderEliminarME ENCANTO EL CAP
ResponderEliminarmas novela
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarnove nove nove nove nove
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