—Tienes que dejar a Lali —me dijo sin dejar
de sonreír.
— ¿Qué? —pregunté.
—Lo que escuchaste hijo. Tienes que dejar a
tu querida novia —apoyó su mano sobre mi hombro —Es por el bien de todos.
Caminé entre la gente tratando de pensar un
poco en todo lo que aquel maldito infeliz acababa de decirme.
—Dentro de un rato yo voy a subirme al
escenario y voy a presentarte a ti y tu adorada novia a la sociedad… la
señorita María Del Cerro. La conocí hace unas semanas a través de su padre y
creo que es perfecta para ti. Y vas a hacer esto, quieras o no. Si no lo haces
voy a hundir al padre de tu adorada Lali y junto a ello a ella a también.
Cerré los ojos fuertemente sin dejar de
caminar y entonces choqué con alguien.
—Peter —me dijo. La miré. Ella frunció el
ceño— ¿Estás bien?
—Lali —susurré y tuve la intención de decirle
todo.
Pero me detuve. ¿Qué pasa si mi padre cumple
su palabra? Yo no puedo permitir que él hunda a Nico, no sería Justo. Miré los
ojos de Lali. Yo no puedo hacer esto… yo no puedo hacerle esto a ella. Pero…
otra vez él y otra vez arruinando mi vida.
—Hey —dijo ella y apoyó su suave mano en mi
mejilla. Me alejé levemente.
—Estoy bien —le dije. Me miró más extrañada
aun.
—Me acabo de cruzar a María —me dijo y miró
hacia atrás —Me dijo con una enorme sonrisa de que en unos instantes me iba a
enterar de algo…
Tragué saliva. ¡Maldita perra! ¿Cuál era su
maldito problema?
—Ajá —fue lo único que salió de mi boca. Ella
me miró de nuevo y volvió a acariciar mi mejilla.
—¿En serio estas bien, mi amor? —Preguntó —Yo solo
quería decirte que ya no estoy enojada y que a pesar de eres un machista
horrible, te amo.
Un enorme nudo se instaló en medio de mi
pecho. Yo voy a odiarme inmensamente por todo lo que va a pasar. Pero yo no
puedo dar el lujo de que él se salga con la suya.
—Nos vamos —le dije. Me miró.
—¿Qué? —dijo.
—Lali, mi padre está loco. Nos tenemos que ir
y necesito hablar urgentemente con tu padre.
Pero nos vamos ya —tomé su mano y
comencé a caminar casi desesperado en medio de la gente. Logre salir hacia fuera
y Lali se soltó de mi mano. Me giré a verla.
—Necesito saber que pasa —dijo nerviosa.
—Mi padre me quiere separar de ti —le dije
apresuradamente.
— ¿Qué? —me preguntó.
—Para eso nos hizo venir hacia aquí Lali.
Pero yo no puedo dejarte, mi amor —me acerqué y tomé su rostro con mis manos
—Por eso mismo llama a tu padre ahora y dame las llaves del auto.
—No entiendo nada, Peter—dijo Lali confundida
mientras buscaba las cosas que yo le pedía.
—Ya te diré bien que fue lo que me dijo, pero
nos vamos ya —la besé cortamente y tomé las llaves para subirme al auto.
Ella se subió y arranqué rápidamente. Tomó su
celular y comenzó a marcar el número de la casa de su madre. Me olvidé
completamente de decirles. Pero Gime y Nico comenzaron a vivir juntos de nuevo.
Lali aun cree que ellos solo están bromeando.
—Hola mami —la escuché decir y la miré de
reojo— ¿Papá está por ahí? Pásamelo un
segundo que Peter quiere hablar con él…
—Pon el alta voz —le dije. Ella lo hizo.
— ¿Hola? —escuchamos la voz de Nico.
—Nico, soy Peter —dije sin dejar de mirar el
camino por donde íbamos.
— ¿Qué tal Peter? —preguntó.
—Necesito que me digas si ya has hecho algún
negocio con mi padre.
—Mañana tengo que reunirme con él para firmar
todo los papeles —comentó.
Solté un suspiro aliviado. Llegamos justo a
tiempo.
—No firmes nada, es más ni vayas —le dije.
— ¿Qué? Pero ¿Por qué? —dijo confundido.
—Estoy seguro de que mi padre anda en algo
malo, Nico. He estado alejado últimamente de sus negocios pero he notado que una
extraña cantidad de dinero ha entrado en su cuenta bancaria. Y estoy
completamente seguro de que está implicado con el lavado de dinero —dije. Lali me miró bien.
—Hijo, ¿estás seguro? Eso es grave —me dijo
él.
—Muy seguro Nico, sino no te llamaría. Por
favor no vayas mañana, no le contestes las
llamadas. Hazme caso, mi padre está
loco.
—Está bien, quédate tranquilo. Voy a hacerte
caso—dijo él —Lali, ¿estás ahí?
—Aquí estoy papá —dijo ella con voz
preocupada. La miré y tomé su mano.
— ¿Estás bien, hija? —le preguntó.
—Si papi —dijo ella
—Bueno, me quedare más tranquilo si se que
estas con Peter. Tu madre me ha dicho que tiene un mal presentimiento, pero no
le hagamos caso —dijo divertido.
—Todo está bien —aseguró ella.
—Bueno, cuídense —nos dijo —Y cualquier cosa
me llaman.
—Claro —dijo. Nico colgó y Lali guardó el
teléfono
—Mi amor —la llamé.
— ¿Si? —dijo ella.
—Perdóname —le dije. Ella me miró.
—¿Perdonarte? ¿Por qué? —dijo algo
confundida.
—Soy un egoísta y solo pensé en mí. Solo
pensé en mi sufrimiento si hacía lo que Mariano quiere. Solo pensé en mi
corazón y no en ti, ni en tu padre.
Ella sonrió y estiró su mano para acariciar
mi mejilla.
—Claro que pensaste en mí, y también en mi
padre—dijo dulce.
—No lo sé, solo sé que te vi y no pude
hacerlo. Él está completamente loco —gruñí.
— ¿Qué fue lo que te dijo que hicieras? —me
preguntó.
—María estaba ahí ¿viste? Bueno él iba a
presentarla como mi novia delante de todo el mundo y yo tenía que decir que si
era cierto —le dije.
—Por eso la muy perra me dijo aquello —dijo
ella pensativa y una sonrisa iluminó su rostro.
—Exacto —susurré.
—Pagaría por ver su rostro ahora.
—Y yo por ver el de mi padre cuando se dé
cuenta de que nos fuimos —dije divertido.
— ¿Por qué tu padre quiere separarte de
mí?—preguntó.
—No lo sé… simplemente no puede verme feliz.
Esa es la razón.
Golpeé con mi mano el volante y maldije por
lo bajo. Odio a ese hombre, lo odio completamente. No puedo creer que tenga su
misma sangre. Y me odio por eso.
—Tranquilo —susurró Lali.
La miré y las luces de la calle jugaban con
sus bellos ojos. Haciendo que sus largas pestañas se proyectaran sobre sus
parpados.
Me detuve justo frente a su casa. Ella sonrió
al ver que yo no dejaba de mirarla. Mordiendo sus labios se bajó rápidamente
del auto. Imité su acción y corrí detrás de ella cuando me aseguré de que el
coche no quedara abierto.
—Lali —la llamé.
Ella se detuvo soltando una risita tonta.
—El vestido me está molestando, Lanzani —dijo
y volvió a caminar para abrir la puerta del edificio.
Sonreí y la seguí. Llegamos al departamento y
la puerta se cerró fuerte detrás de nosotros. Lali se giró a verme y chocó
levemente contra mi pecho.
— ¿Cómo crees que yo podría dejarte?
—pregunté en voz baja mientras comenzaba a acariciar el costado de sus brazos —
¿Cómo? Si estas metida debajo de mi piel —ella subió sus manos por mi pecho — ¿Puedes explicarme que clase de hechizo me has lanzado encima?
— ¿El del amor? —dijo con duda.
Sus ojos se clavaron en mis labios y sonreí.
—Mírame a los ojos —le dije.
—No puedo —susurró.
— ¿Por qué? —le pregunté.
—Porque estoy mirando la parte que más me
gusta de ti…
— ¿A sí?
—Ajá —asintió sin quitar su mirada de allí —
¿Puedes hacerme un favor?
—El que quieras.
—Apaga tu celular.
Sin dejar de mirarla tomé el teléfono de mi
bolsillo y lo apagué para luego arrojarlo, creo que, sobre el sillón. Me
incliné hacia ella y tomé sus labios con cuidado. Para luego comenzar a caminar
a ciegas para buscar un lugar cómodo. Ustedes ya saben ;)
Muy bien Peter asi se hace!!!!! ahora si me voy a dormir la siesta feliz :)
ResponderEliminar@ROCHI16TA
buenisimo el capitulo!!! a no quiero que termine!!!!!!
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarHolaaaaaaaaa, me encata demasiado la novela. muy buena, laliter es jbfioendoiwndoiw amo
ResponderEliminarQuiero maaaaaas, me re enganche.
Te pasarias por mi blog? tiene nove laliter http://novslaliters.blogspot.com.ar/ bss quiero maaaaas
uuuu maldito viejo!! sube mas!
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarmaaas
ResponderEliminarmas noveee
ResponderEliminarmaaaaas
ResponderEliminarsubi mas nove por fa!
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